Eclipses

Eclipses



Introducción


Un eclipse es el oscurecimiento
de un cuerpo celeste producido por otro cuerpo celeste. Hay dos clases de eclipses
que implican a la Tierra:
los de Luna, o eclipses
lunares, y los de Sol, o
eclipses solares. Un eclipse lunar tiene lugar cuando la Tierra se encuentra
entre el Sol y la Luna y su sombra oscurece la Luna. El eclipse solar se produce
cuando la Luna se encuentra entre el Sol y la Tierra y su sombra se proyecta
sobre la superficie terrestre. Los tránsitos y ocultaciones son fenómenos astronómicos
similares pero no tan espectaculares como los eclipses debido al pequeño tamaño
de los cuerpos celestes que se interponen entre la Tierra y un astro brillante.



Eclipse de Luna


Iluminada por el Sol,
la Tierra proyecta una sombra alargada en forma de cono en el espacio. En cualquier
punto de este cono la luz del Sol está completamente oscurecida. Rodeando este
cono de sombra, llamado umbra, se encuentra un área de sombra parcial, llamada
penumbra.

Un eclipse total de Luna
tiene lugar cuando la Luna penetra por completo en el cono de sombra. Si penetra
directamente en el centro, se oscurecerá alrededor de 2 horas; si no penetra
en el centro, el periodo de fase total es menor, y si la Luna se mueve solamente
por el límite del cono de sombra su oscuridad puede durar sólo un instante.





El eclipse parcial de
Luna tiene lugar cuando solamente una parte de la Luna penetra en el cono de
sombra y se oscurece. La extensión del eclipse parcial puede fluctuar desde
una fase casi total, cuando la mayor parte de la Luna se oscurece, a un eclipse
menor cuando sólo se ve una pequeña zona de sombra de la Tierra al pasar la
Luna. Históricamente, el primer indicio que se tuvo del perfil de la Tierra
fue al ver su sombra circular pasando a través de la cara de la Luna.

Antes de penetrar la
Luna en el cono de sombra, tanto en el eclipse total como en el parcial, está
dentro de la zona de penumbra y su superficie se va haciendo visiblemente más
oscura. La parte que penetra en el cono de sombra aparece casi negra, pero durante
el eclipse total el disco lunar no está totalmente oscuro, sino que permanece
ligeramente iluminado con una luz rojiza: los rayos solares son refractados
por la atmósfera terrestre y penetran en el cono de sombra. Si se produce un
eclipse lunar cuando la Tierra está cubierta con una densa capa de nubes, éstas
impiden la refracción de la luz; en esa situación la superficie de la Luna se
hace invisible durante la fase total.



Eclipse de Sol


Los eclipses totales
de Sol tienen lugar cuando la sombra de la Luna alcanza la Tierra. En algún
momento, cuando la Luna pasa entre la Tierra y el Sol, su sombra no alcanza
la Tierra. En esos momentos tiene lugar un eclipse anular durante el que aparece
un anillo brillante del disco solar alrededor del disco negro de la Luna.

La duración máxima de
un eclipse total de Sol es de unos 7,5 minutos, pero estos eclipses son raros
y sólo tienen lugar una vez cada varios miles de años. Un eclipse total, normalmente,
se puede ver durante unos tres minutos desde un punto en el centro del recorrido
de su fase total.

En áreas fuera de la
banda barrida por la sombra de la Luna, pero dentro de la penumbra, tienen lugar
eclipses parciales y el Sol sólo se oscurece parcialmente.

Al principio de un eclipse
total, la Luna comienza a moverse a través del disco solar aproximadamente una
hora antes de su fase total. La iluminación del Sol disminuye gradualmente y
durante la fase total (o cerca de ella) declina a la intensidad del brillo de
la luz de la Luna. Esta luz residual la produce en gran medida la corona del
Sol, la parte más exterior de la atmósfera solar. Cuando la superficie del Sol
se va estrechando hasta una pequeña franja, se hace visible la corona. Un momento
antes de que el eclipse sea total, en esta franja destellan brillantes puntos
de luz llamados perlas de Baily. Estos puntos son producidos por los rayos del
Sol al atravesar los valles y las irregularidades de la superficie lunar. Las
perlas de Baily son también visibles en el momento que finaliza la fase total
del eclipse (reaparición). Exactamente un momento antes, un momento después
y algunas veces en la fase total se pueden ver estrechas bandas de sombras en
movimiento sobre objetos en la superficie terrestre. El origen de estas bandas
de sombra no se conoce con exactitud, pero se piensa que están producidas por
la refracción irregular de la luz en la atmósfera terrestre. Antes y después
de la fase total, un observador situado en una colina o en una aeronave puede
ver la sombra de la Luna moviéndose en dirección Este a través de la superficie
de la Tierra como la sombra de una nube pasando rápidamente.





Frecuencia de los eclipses


Si la órbita de la Tierra
estuviera en el mismo plano que la órbita de la Luna, tendrían lugar dos eclipses
totales durante cada mes lunar, un eclipse lunar por cada Luna llena, y un eclipse
solar por cada Luna nueva. Sin embargo, las dos órbitas están inclinadas y,
por tanto, los eclipses tienen lugar sólo cuando la Luna o el Sol están a algunos
grados de los dos puntos, llamados nodos, donde se cruzan las órbitas.

Periódicamente, el Sol
y la Luna vuelven a la misma posición relativa de uno de los nodos y como resultado
de esto los eclipses se repiten a intervalos regulares.



Observación



Sólo durante un eclipse
total de Sol se pueden analizar muchos problemas astronómicos. Entre ellos se
encuentran el tamaño y la composición de la corona solar y la refracción de
los rayos de luz al pasar cerca del Sol debido a su campo gravitatorio. El gran
brillo del disco solar y la iluminación producida por el Sol de la atmósfera
de la Tierra hacen imposible las observaciones de la corona solar excepto durante
un eclipse solar. El coronógrafo, un telescopio fotográfico, permite la observación
directa del borde del disco solar en todo momento. En la actualidad, las observaciones
científicas sobre los eclipses solares son muy valiosas, especialmente cuando
el recorrido del eclipse barre amplias superficies. Una red compleja de observatorios
especiales puede proporcionar a los científicos datos que aumenten la información
sobre cómo afectan a la atmósfera de la Tierra las pequeñas variaciones del
Sol y mejorar así las predicciones de las erupciones solares.

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