La odisea de Curiosity, un robot curioso
Hasta la fecha, el Mars Science Laboratory es la misión más ambiciosa de la humanidad al planeta rojo. Si todo va bien, en agosto de 2012 llegará al cráter Gale, una hondonada de 155 kilómetros de ancho con una montaña de 4,8 kilómetros de altura en el centro, cerca del ecuador marciano.
El sitio fue escogido entre 60 ubicaciones candidatas, porque ofrece algo para todas las disciplinas científicas que buscan sacar provecho de esta nueva etapa exploratoria marciana. Por ejemplo, la elevación en medio del cráter está formada por una enorme pila de sedimentos y, por lo tanto, "podría serla mayor altura del Sistema Solar escalable por un robot", como escribe en la revista Nature el geólogo John Grotzinger de Caltech,. Grotzinger es uno de los científicos principales de la misión, y prácticamente el encargado de escoger el destino final del amartizaje tras cinco años de investigación con un equipo de cien científicos.
"Gale es el sueño de un geomorfista -científico que estudia las capas de sedimentos para entender los procesos que produjeron esa estructura de sedimentación-, pero también ofrece oportunidades para los géologos tradicionales que buscan descubrir la química de las rocas", cuenta el investigador. Su fascinación con este cráter se explica porque está en un valle de muy poca elevación en Marte, y todos sabemos que el agua fluye montaña abajo. "También sabemos que Marte fue un mundo caliente y húmedo", añade.
Por primera vez en la exploración planetaria, el robot Curiosity tendrá que ser un gran escalador, pues se espera que se desplace 200 metros diarios, incluso durante el ascenso por la ladera de la montaña central, cuya pendiente es de 45 grados. Pero antes de dirigirse hacia el monte, debe explorar las paredes aluviales del cráter, una especie de "abanico" de lo que parecen haber sido grandes arroyos, quizás excavados por el agua que fluyó al derramarse cráter abajo, hace quién sabe cuántos milenios.
Los satélites que sobrevuelan Marte han estado espiando la montaña de sedimentos en medio del cráter Gale, descubriendo lugares erosionados que han dejado destapados depósitos de arcillas y sulfatos formados en la presencia de agua. Determinar la abundancia y distribución de esos minerales, y si fueron formados por agua del subsuelo, agua de algún lago o por lluvia , ayudará a los investigadores aaprender mucho acerca de la habitabilidad que haya podido tener -o no tener- el Marte de la antigüedad.
Ladera arriba existen menos señales de erosión y de minerales “acuosos”, pero de todos modos los científicos pretenden que Curiosity llegue a la cima. “Si uno empieza en el fondo del Cañón del Colorado, uno quiere seguir explorando hasta llegar al final”, dice Phil Christensen, otro miembro del equipo, de la Universidad Estatal de Arizona (EE UU). El problema es que semejante ascenso le llevaría al valiente robot varios años más de los 24 meses que se le han asignado a la misión. No obstante, no sería la única vez que un explorador marciano siga adelante, extendiendo su vida y obra más de 15 veces por encima de lo planeado, como hizo el célebre vehículo de exploración de superficie planetaria Spirit, cuya última "llamada a casa" tuvo lugar en marzo de 2010.
Curiosity hará más que ‘seguir el agua’ -que era el mantra de sus antecesores- y será capaz de buscar e identificar otros ingredientes, tales como los pequeños bloques que usa la biología para fabricar a los seres vivos, llamados compuestos orgánicos. La conservacióna largo plazo de los compuestos orgánicos (que son moléculas que contienen carbono) requiere ciertas condiciones especiales. Algunos minerales son conocidos porque se pegan a los compuestos orgánicos, que los protegen de oxidarse. El robot buscará estos minerales, los vaporizará con un rayo láser, los recogerá con una pala y una brocha, los colocará en su laboratorio interior, y analizará el polvo en busca de los compuestos orgánicos.
Así pues, si Curiosity tiene la misma resistencia física de sus primos menores, el vasto y misterioso cráter Gale será el jardín de juegos más emocionante de cualquier expedición interplanetaria hasta el momento.
“La NASA tiene a Marte en su punto de mira”, dice Charles Bolden, el administrador de la agencia espacial. “Curiosity no sólo aportará importante data científica, sino que servirá como una misión precursora a la exploración humana del planeta rojo”, añade.
El sitio fue escogido entre 60 ubicaciones candidatas, porque ofrece algo para todas las disciplinas científicas que buscan sacar provecho de esta nueva etapa exploratoria marciana. Por ejemplo, la elevación en medio del cráter está formada por una enorme pila de sedimentos y, por lo tanto, "podría serla mayor altura del Sistema Solar escalable por un robot", como escribe en la revista Nature el geólogo John Grotzinger de Caltech,. Grotzinger es uno de los científicos principales de la misión, y prácticamente el encargado de escoger el destino final del amartizaje tras cinco años de investigación con un equipo de cien científicos.
"Gale es el sueño de un geomorfista -científico que estudia las capas de sedimentos para entender los procesos que produjeron esa estructura de sedimentación-, pero también ofrece oportunidades para los géologos tradicionales que buscan descubrir la química de las rocas", cuenta el investigador. Su fascinación con este cráter se explica porque está en un valle de muy poca elevación en Marte, y todos sabemos que el agua fluye montaña abajo. "También sabemos que Marte fue un mundo caliente y húmedo", añade.
Por primera vez en la exploración planetaria, el robot Curiosity tendrá que ser un gran escalador, pues se espera que se desplace 200 metros diarios, incluso durante el ascenso por la ladera de la montaña central, cuya pendiente es de 45 grados. Pero antes de dirigirse hacia el monte, debe explorar las paredes aluviales del cráter, una especie de "abanico" de lo que parecen haber sido grandes arroyos, quizás excavados por el agua que fluyó al derramarse cráter abajo, hace quién sabe cuántos milenios.
Los satélites que sobrevuelan Marte han estado espiando la montaña de sedimentos en medio del cráter Gale, descubriendo lugares erosionados que han dejado destapados depósitos de arcillas y sulfatos formados en la presencia de agua. Determinar la abundancia y distribución de esos minerales, y si fueron formados por agua del subsuelo, agua de algún lago o por lluvia , ayudará a los investigadores aaprender mucho acerca de la habitabilidad que haya podido tener -o no tener- el Marte de la antigüedad.
Ladera arriba existen menos señales de erosión y de minerales “acuosos”, pero de todos modos los científicos pretenden que Curiosity llegue a la cima. “Si uno empieza en el fondo del Cañón del Colorado, uno quiere seguir explorando hasta llegar al final”, dice Phil Christensen, otro miembro del equipo, de la Universidad Estatal de Arizona (EE UU). El problema es que semejante ascenso le llevaría al valiente robot varios años más de los 24 meses que se le han asignado a la misión. No obstante, no sería la única vez que un explorador marciano siga adelante, extendiendo su vida y obra más de 15 veces por encima de lo planeado, como hizo el célebre vehículo de exploración de superficie planetaria Spirit, cuya última "llamada a casa" tuvo lugar en marzo de 2010.
Curiosity hará más que ‘seguir el agua’ -que era el mantra de sus antecesores- y será capaz de buscar e identificar otros ingredientes, tales como los pequeños bloques que usa la biología para fabricar a los seres vivos, llamados compuestos orgánicos. La conservacióna largo plazo de los compuestos orgánicos (que son moléculas que contienen carbono) requiere ciertas condiciones especiales. Algunos minerales son conocidos porque se pegan a los compuestos orgánicos, que los protegen de oxidarse. El robot buscará estos minerales, los vaporizará con un rayo láser, los recogerá con una pala y una brocha, los colocará en su laboratorio interior, y analizará el polvo en busca de los compuestos orgánicos.
Así pues, si Curiosity tiene la misma resistencia física de sus primos menores, el vasto y misterioso cráter Gale será el jardín de juegos más emocionante de cualquier expedición interplanetaria hasta el momento.
“La NASA tiene a Marte en su punto de mira”, dice Charles Bolden, el administrador de la agencia espacial. “Curiosity no sólo aportará importante data científica, sino que servirá como una misión precursora a la exploración humana del planeta rojo”, añade.
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